AULA DE TEATRO ALBATROS, DESDE 1987

LO BUENO QUE UN DÍA HICIMOS JUNTOS SIEMPRE QUEDARÁ

sábado, 6 de agosto de 2011

ENTREVISTA A DANIEL LORENZO: "¡Oh, Capitán, mi Capitán".

Para cerrar este primer ciclo de entrevistas, dedicado a los actores, hoy le toca el turno al tercer mosquetero, cronológicamente hablando, del aula de teatro: Daniel Lorenzo, más conocido como Dani. La principal diferencia con los dos anteriores, José Ramón y Rufino, es que Dani ha podido mantenerse en activo dentro del aula de teatro desdes que llegó a ella, allá por el curso 1996-97. Ello le ha permitido realizar hasta la fecha la friolera de 43 representaciones con el aula de teatro Albatros. Actualmente ocupa el cuarto puesto en el ranking oficial. A Dani les une con sus dos antecesores en esta sección una gran amistad alcanzada, precisamente a raíz del aula de teatro, además de haber sido alumno de Rufino cuando estudiaba en el colegio de los hermanos Maristas. 
                                                      Dani en el papel de Don Mendo
Dani es un cinéfilo empedernido y una persona que maneja el difícil arte de la escritura con una habilidad que para sí quiesieran muchos profesionales. 
Dani es, sin lugar a dudas, posiblemente el actor estrella del actual aula de teatro. Este curso pasado, nada más aparecerer en el escenario, y sin haber dicho una sola palabra, ya arrancó la sonrisa y el halago del público que llenaba el salón de actos. Eso sólo está al alcance de los más grandes. Por muy pequeño e insignificante que pueda resultar su papel a interpretar, Dani le extrae todo el jugo y le da un toque personal que termina convirtiéndolo en el centro de atención. Esa es otra de sus grandes virtudes, el saber  explotar al doscientos por cien cualquier personaje que represente. Todos recordamos, sin duda, sus maravillosas actuaciones de Diabetes en "Zeus" -obra que le ha marcado-, de Yermo en "el cianuro", el Emperador en "o achado", Sergio en "Arte" o Allan en "Sueños de un seductor", sin olvidarnos de  sus  dos  últimas y magistrales de este curso: don Mendo y un entrañable Boris en "El frío". Pero si hay algún papel que le hará pasar a la posteridad es su propia composición del Píramo-Bottom del clásico "El sueño de una noche de verano". Su frase: "Ay... que me muero...", forma parte de la historia más gloriosa del aula de teatro. Es una de las 9 personas que ha alcanzado el premio Albatros de 15 años. Su ficha es la 263.   
Pero la labor teatral de Dani va más allá. Dentro de Corral de Comedia, grupo de exalumn@s, Dani es sin duda el capitán. Se dice en el mundo del deporte que el capitán es la prolongación del entrenador en la pista/campo de juego. Dani prolonga y engrandece la figura del director con sus compañeros, siendo el que asume las responsabilidades, el que marca el ritmo del juego y la referencia obligada para tod@s ell@s. 
Además ha desarrollado una magnífica labor como profesor de teatro en varios centros, especialmente en el colegio de los hermanos Maristas, casualmente el punto de origen de su carrera teatral. 
Finalmente decir que la mayor virtud de Dani es, en mi humilde opinión, ser mejor persona que actor, lo cual, teniendo en cuenta su exitoso currículum teatral, es casi un imposible. Pero personas como Dani pueden con todo eso y más. 
Gracias por todo lo que has aportado y lo que aún te queda por aportar.
                                   DANI en su interpretación más aclamada y famosa: Píramo 

ENTREVISTA (parte del aula de teatro)

1º) Tu llegada al aula de teatro. Cuéntanos cómo y cuando fue.
Septiembre del 96, yo tenía 14 años. Llegué cinco minutos tarde y Willy ya estaba dando el discurso de bienvenida a todos los alumnos, duró 20-30 minutos que yo esperé fuera del Salón de Actos porque no me atrevía a interrumpir entrando.
Ese mismo día hicimos una lectura de guión de Les Miserables, yo leí el personaje de Enjolras, fue terrible. Al acabar la clase un veterano, uno de los mayores, se me acercó y como presentación me dijo que me dedicara a otra actividad. Ese día pensé que las cosas solo podrían ir a mejor.

2º) Tu experiencia en el aula de teatro.
Fantástica, no me equivocaba y fueron a mejor. Es uno de los mejores recuerdos que guardo del colegio y de mi adolescencia. Y lo mejor es que es un recuerdo del que no puedo sentir nostalgia, porque me habéis dado la oportunidad de continuar en ello.

3º) Tu mejor recuerdo de tu estancia en ella.
Recuerdo que me sorprendió muchísimo cuando tras el pase de Zeus, con 16 años, hubo gente que esperó fuera del colegio para que los actores firmáramos autógrafos, y durante un par de semanas hubo gente que nos paraba por la calle para felicitarnos. Yo era (y sigo siendo) un chico más bien introvertido, poco sociable y al que no se le daba especialmente bien nada y aquello lo viví con muchísimo orgullo. El orgullo del trabajo bien hecho, es importante sentir eso a esas edades. 

4º) Tu peor recuerdo de tu estancia en ella.
Bueno, más allá de algún mal rollo en determinados momentos... la verdad es que hay que ver las cosas con sentido del humor cuando la distancia lo permite (humor = desgracia + lejanía). No podría citar ninguno, y si los hubiera seguro que hoy las veo como anécdotas divertidas.

5º) La obra que has representado de la que guardas mejor recuerdo.
Sé que suena a tópico, pero cada una tuvo sus cosas. Por citar tres “Zeus”, “El sueño de una noche de verano” y “La venganza de Don Mendo”

6º) Idem, pero la peor.
Realmente no guardo mal recuerdo de ninguna. Siempre lo he pasado bien haciendo teatro. A veces trabajas mucho y no sale lo que te esperas, en este sentido me da pena el montaje de “Evita”. Supuso mucho trabajo, a nivel personal creo que con el Mendo es la obra que más he trabajado, y creo que no cuajó. Nada salió especialmente mal, pero tampoco especialmente bien. Fuimos a Salesianos, en plena ola de calor, el mismo día que acababa la Selectividad... supuso mucho esfuerzo y ya nadie se acuerda de ella. Probablemente sea un libreto que no ha envejecido bien, o ese día no se alinearon los planetas. No lo sé, pero me da pena. Trabajamos mucho, pero lo pasamos muy bien, mereció la pena.

7º) La mejor obra que hayas visto representada por el aula de teatro.
Guardo un recuerdo maravilloso de un grupo de niños de Primaria sacando adelante “El sueño de una noche de verano”, o de otro grupo de similar edad haciendo un Strindberg. Ese tipo de cosas me encantan. Niños, ni siquiera adolescentes, sacando adelante un clásico. Sintiéndolo como propio, y haciéndolo de maravilla.

8º) La obra que menos te haya gustado de las que hayas visto representada por el aula de teatro.
Lo siento por Pury, pero soy un fan declarado de las obras de infantil que no se ajustan a otra cosa que no sea a los deseos inmediatos de los actores de infantil. Son las obras del “cuanto peor, mejor”. Realmente no me ajusto a la pregunta, porque gustar me gustan... no me puedo resistir a dos gnomos peleando en escena o a un niño que saluda a sus papás.

9º) ¿Qué cosas añadirías en el aula de teatro?
Echo de menos dedicar un poco más de tiempo a juegos teatrales. Te quitan el óxido de encima, desengrasan, ayudan a ejercer la improvisación... de todas formas, andando de tiempo como andamos en exalumnos entiendo que es difícil.

10º) ¿Qué cosas eliminarías?
Los juegos con globos. Los globos hacen un ruido muy desagradable cuando se rozan con la mano, y parece que solo yo lo percibo.

11º) Que obra de teatro te ha quedado por hacer con el aula de teatro.
Me quedé con mucha pena con dos proyectos que se nos cayeron en mitad de los ensayos: “Las visitas deberían estar prohibidas por el código penal” y “Little shop of horrors”, que son dos textos que me apasionan desde que los conozco. A ello se le suma la envidia que produce ver lo bien que las sacan adelante otros grupos unos años después. Quizá lo bueno haya sido no hacerlas, porque el grupo de bachillerato clavó las dos obras.

12º) De las personas que has conocido en el aula de teatro, ¿hay alguna que haya marcado tu vida o haya sido una parte importante de la misma?
Con decir que mi pareja desde hace más de una década sigue formando parte del grupo... Pero no es solo eso. Si, por poner un ejemplo descabellado, el año que viene tuviera que organizar un banquete con las 150 personas más importantes de mi vida, creo que alrededor de un tercio habrían pasado por este aula. Y se me ocurren ejemplos de gente de más de 50 años y de recién entrados en la mayoría de edad, de todas las generaciones. Nunca he tenido facilidad para hacer amigos, salvo en el entorno del teatro.

13º) ¿Qué pregunta añadirías a esta encuesta? (Si hay alguna, añádela y contéstala). ¿Y cuál suprimirías?

14º) Di todo lo que consideres oportuno añadir que no se haya dicho anteriormente.
Gracias por acercar la alta y la baja cultura (ambas importantísimas, dicho sea sin ironía) a muchísimos niños y adolescentes. Cada vez que un chaval abre un libro, ve una película, estudia un guión... es más libre, aprende a desarrollar la imaginación, a razonar, a interpretar, a pensar. Un niño que actúa es un niño que empatiza con personajes y personas, con sus compañeros. Un niño actor es un niño que aprende a hablar en público, a verbalizar pensamientos complejos... un mejor profesional de cualquier rama el día de mañana. Sentios orgullosos de ello, de cualquier niño que se atreve a subir a escena, mirar al frente y decir una línea de guión, lo haga bien o mal. Cuántas veces he dicho “lo del teatro en este cole es un milagro”, vosotros sois los que lo lleváis a cabo.

ENTREVISTA (parte personal)

1)      Un libro.
El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas: amores imposibles, una fuga de una carcel en una isla planeada durante más de una década, venganza, riqueza, miseria, envidia... Una maravilla de 1.500 páginas, escrita hace siglo y medio y que podría leerse de un tirón. Imprescindible.
2)      Una canción.
Allways on my mind, de Elvis. Dentro de cinco minutos contestaría otra, pero es la primera que se me vino a la cabeza y una de esas canciones que puedo escuchar en modo repeat durante una hora sin cansarme. También es estupenda la versión de los Pet Shop Boys, aun jugando en otra liga, claro.
3)      Un escritor.
Stephen King. Lo leo de modo compulsivo desde los 12 o 13 años. Me he leído casi todo de él y de sus pseudónimos, y su obra es muy extensa. Cuando llevo una temporada sin leerle tengo ganas de volver a sus libros. Es efectivo (probablemente efectista), sencillo, quizá falle en las resoluciones, pero me absorbe. Creo que, como a muchos autores populares, la crítica le pondrá en su lugar con el tiempo.
4)      Una película.
Vértigo de Alfred Hitchcock. La vi muy de crío y me impactó, y desde entonces he vuelto a verla con regularidad. Es un clásico muy precursor del cine moderno. Enfermiza, agobiante, tiene infinitas virtudes.
5)      Un actor.
Brando. Podía ser frágil y fuerte en el mismo plano. Está en la cúspide de la pirámide. Cualquier elogio es redundante, es bueno hasta cuando está pasado
6)      Una actriz.
Marilyn Monroe. Insoportable, hermosa y taquillera, la mezcla ideal para que a fecha de hoy siga estando infravalorada. Era muy inteligente, tanto que decidió interpretar el papel de tonta durante gran parte de su vida, porque con ese cuerpo y ese pelo nadie la tomaría en serio. Reto a cualquiera que haya visto “Con faldas y a lo loco” a que cite a mejores actrices de comedia.
7)      Un personaje con el que pasarías una tarde de charla.
Woody Allen. Me encanta él, sus películas, su filosofía de vida. Fui un adolescente que veía muchas películas a la semana, y él fue uno de los responsables de mi educación sentimental. Le siento como a alguien de la familia.
8)      Un cómic.
Mafalda en particular y Quino en general. Me encanta la doble lectura de esas tiras cómicas, y aunque reconozco que algunas son obvias hacen que me sienta más inteligente de lo que soy, y que además me ría.
9)      Un papel que te encantaría representar.
Jaimito (Bajarse al moro), sé que es uno de esos libretos que no han envejecido del todo bien, pero me encanta. Y este personaje desprende una ternura y bondad maravillosa a pesar de que por el entorno en el que se mueve podría haber hecho la primera comunión en unos billares. Y hay un monólogo con un hamster que es canela fina.
10)  Una comida.
Mi abuela preparaba las croquetas con huevos y patatas fritas más ricas del mundo, también le daba bien a las sopas de ajo. Nunca volveré a probarlas y nunca me cansaron.
11)  Una ciudad para vivir.
Nueva York. Debilidad de cinéfilo alleniano.
12)  Una ciudad para viajar.
Nueva York. Porque ya que no vivo allí, al menos visitarla siempre que pueda.
13)  Un paisaje inolvidable.
Desde el mirador de Sayanes las vistas a las Cíes, al atardecer, cuando en verano el sol se pone entre dos de las islas.
14)  Un momento/acontecimiento histórico para haberlo vivido.
Años 40 – 50 – 60 – 70 en EEUU. En el sur, costa este, costa oeste... todo eso que hemos visto en las películas.
15)  Las tres cosas que te llevarías a una isla desierta (esta es un pequeña perversión mía).
Un ordenador con conexión a internet, hoy en día no necesitarías nada más... y baterías, muchas baterías de repuesto.
 
 

2 comentarios:

  1. Yo lo de introvertido y tímido no lo he notado nunca.
    ;)

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  2. Ey Dani!! por favor, no entiendo a qué te refieres con el juego de los globos. je, je. Creo que yo nunca hice ese ejercicio y no logro imaginarme en qué consistía. Por cierto, me encanta que tu cuerpo no pueda evitar moverse al ritmo marifrenético de los pet shop boys y su always on my mind, vas por buen camino my friend, jajajaja!!!! ven hacia la luz Caroline... jajaja

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